No se quién soy, ni de dónde vengo, ni hacia dónde voy...

viernes, 26 de julio de 2013

El año 2008.

Sentado en el balcón, fumando y achicharrado por el insoportable calor húmedo de Barcelona, hago memoria de mis últimos años. Recuerdo que en 2008, primera vez que llego a Barcelona, mi visión del mundo y de las cosas era muy diferente. Llegaba a la aventura, sin dormir y después de un infernal viaje desde Salamanca, cruzando toda la llanura castellana para meternos en la brasería de Monegros y chuparnos el tramo de N-II donde una inmensa hilera de camiones nos escoltaba hacia la costa. El coche un 309 blanco con 4 personas dentro y todo el equipaje metido a presion. Parecíamos un grupo de refugiados que huía de alguna zona de conflicto. Llegamos a Sant Cugat después de 12 horas y como no habíamos buscado ni un hostal ni nada tuvimos que hacer noche en el césped de una rotonda cercana al lugar donde teníamos que empezar a trabajar a la mañana siguiente.
Desde aquello han pasado 5 años ya, años en los que todo a cambiado en mi cabeza y supongo que en la de todos los que hicimos ese viaje. También en la cabeza de la gente que conocí ese año y que en parte, tenían las mismas aspiraciones que yo. Esas aspiraciones en algunos casos se cumplieron, y en otros no. En ocasiones se aprendía algo, en otras no. Esta noche, me he convertido en el único superviviente de ese año en esta ciudad. A todos los fue venciendo el cansancio, el estar lejos de casa, el hecho de que la profesión que elegimos es dura y escasa o simplemente se toparon con las caprichosas cosas que tiene la vida. Esto me hace sentirme aún más solo si cabe en este hormiguero de asfalto y cemento, y,  hace que vea que mi búsqueda me hizo encontrar mil cosas, pero posiblemnte no la que venia buscando. El tiempo ha pasado demasiado deprisa como para reaccionar y darme cuenta de lo que pasaba. Mostraba atenció siempre a lo de fuera pero muy pocas veces a lo de dentro. Y por dentro todo a cambiado y muy poco es como era antes, las ilusiones son menos y distintas, el caracter se ha avinagrado y mis ganas de todo ahora son ganas pero de algo menos, y es triste.
El caso es que estoy pensando 5 años después de llegar aquí, y a escasas semanas para irme, y en parte, me siento que la civilización me ha derrotado. El mundo que vine a entender me ha devorado y me iré sin entenderlo. Y he de confesar que no entenderlo me acojona y mucho.

domingo, 27 de marzo de 2011

Otra Colaboración de Luis!!

Y el blanco de sus ojos transparentó haciendo de sus miradas ventanas donde ver nadar las ideas del otro. Se sintieron tan desnudos de miedos y cargados de verdades que la situación colapsó en una compartida sonrisa que irrumpía como un terremoto a lo largo de sus rostros. Mientras en el transcurso de esos breves segundos, un sentimiento eléctrico emergió fugaz, como marabunta voraz, dejando tras su paso la piel de gallina. El mundo se deprimía por momentos, todas las endorfinas se agolpaban en sus cerebros. De repente, la tormenta se desató y el rictus de ella cambio posando su mirada sobre sus pies. Inmóvil, como un barco varado en una playa en calma, rezumaba miedo y vergüenza por cada uno de sus poros. Él, apenas tuvo tiempo a reaccionar cuando la tierra se abrió entre ellos creando un inmenso y negro abismo del que manaba un ensordecedor timbre. Gritar era poco menos que soplar en medio del huracán… estaba sonando el despertador y él abrió los ojos, tal cual búho, sudoroso y angustiado por la mala jugada que su mente le había hecho pasar. Y por un instante olvido que cualquier pesadilla era mejor que la realidad de su día a día. Su cama se había hecho larga como una hora sin aire. Ella ya no le esperaba legañosa al otro lado del reino de sabanas que habían construido sobre el nido de sus deseos. Pensarla era un suplicio y tras cada pestañeo venían a su mirada excusas con las que recordarla. Se había ido para siempre y lo que más dolía no eran las mentiras o los cuernos. Ni tan siquiera el martilleo constante de las preguntas sin respuesta. Lo que más dolía era tener que dejar de quererla.

martes, 1 de febrero de 2011

Somos victimas de lo que hacemos...

Ya no me queda cuento para princesas. Los reyes ya no ofrecen onerosas recompensas por su rescate, hace años que se fueron astiados de sus reinos raptados por la susurrada belleza de cortesanas que aventuraban eterna juventud a su vera. Valientes cobardes, intentan pagar su aflicción mediante regalos migajas de su inmensa fortuna y promesas de mecenazgo para el futuro de su prole. Luego la tristeza les abruma cuando no son correspondidos con el amor que no dan.

Las reinas marchitadas en angustia y pluriempleadas afectivas hacen malabarismos emocionales para conciliar sentimientos que apenas empezaron a entender cuando sus sueños quebraron en realidades para no dormir. Heroínas derrotadas con la cabeza alta y rodillas hincadas, rezan a dioses en los que dejaron de creer para que sus vástagos eviten la maldición del bucle familiar en las que ellas mismas se ven inmersas. Perdidas, acaban dando una anhelada libertad a una descendencia que aun no esta preparada para procesarla.

Los príncipes pretendientes caen como moscas en la miel sin darse cuenta que no fueron nunca correspondidos. Asfixiados por un agujero negro de atención terminan huyendo mentalmente de una película, que aunque de acción, tiene subtítulos. Nadie sera tan bueno como el padre que nunca hubo.

Y ellas, huerfanas de amor, esperan en jaulas doradas ofreciendo prietas carnes, que algún valiente las rescate de las garras de algún fantasmagórico dragón que impide que sean las personas que les gustaría ser. Victimas a todos los ojos de un pasado que no eligieron, se piensan que en el futuro les deparara la misma responsabilidad. Solo ellas, blandiendo su espada, se liberaran de sus miedos. Solo un buen consejo, a la sombra de su oído, les mostrara la piedra donde descansa ese acero.

Otra colaboración de Luis Pelillos AlaMar

lunes, 31 de enero de 2011

Siento, luego existo...

Decia unos de los hermanos Marx que dudaba de la existencia de vida inteligente en otros planetas pues no la habia encontrado en el suyo propio. Sus dudas acerca de la inteligencia del hombre no eran del todo infundadas. Muchas veces sobrereaccionamos de forma exagerada o mostramos cantidad de prejuicios sin base logica alguna. Otras sencillamente obramos tirando piedras a nuestro propio tejado para protegernos de situaciones que no entrañan peligro alguno. No es de extrañar que alguien ponga en duda el raciocinio de nuestra especie. ¿Somos simples animales? ¿O nuestra inteligencia muy por encima de la media del reino animal nos eleva a otra categoria? La respuesta es no a ambas preguntas.
El hombre es un animal racional. Lo que no sabe mucha gente es que la cronologia de la anterior frase es totalmente literal. Cuando llega nueva información al cerebro, este la procesa, tal cual programa de identificación de huellas, intentando detectar situaciones parecidas con las que poder sacar conclusiones rápidas de una forma totalmente inconsciente. Basicamente se trata de un mecanismo de defensa que nos hace saltar las alarmas incluso antes de que hayamos podido interpretar los hechos. Muchas veces hemos sentido miedo, ira o felicidad por cosas o situaciones sin saber muy bien el porque. Sentimos antes de pensar porque nuestro cerebro ha sido construido a partir de un sistema operativo antiguo al cual le hemos incrustado la racionalidad a la fuerza. Y como le pasa al Windows con el MS2, los fallos en el sistema estan a lo orden del dia. De nosotros depende entender lo que sentimos para que seamos nosotros y no nuestros miedos quien nos gobiernen.

Aportación de Luis Pelillos AlaMar.

martes, 4 de enero de 2011

Que les dejo este año???


A mi casa ya no vienen los Reyes. Siempre les dejo unas copitas de buen licor, unas limaduras de un buen chorizo o un quesito muy rico, un par de trocolas bien liadas con hierbas de oriente pero ni con esas vienen los muy cabrones. Puede que no haya sido muy bueno desde hace algún tiempo, pero uno tienes sus fallos, como todo el mundo. Otra razón puede ser que me hayan dejado olvidado y ni se percaten de mi existencia. En tal caso puede que sea un Don Nadie y mi existencia tan ridícula que ni los reyes saben de mí. Y la última razón, y la que más me preocupa, es que me consideren muy mayor para andar con gilipolleces. Eso, y las entradas que afloran por mi cabezota   me dan mucho que pensar.
Descarto lo de ser malo, conozco a muchos muy parecidos a mí, y por sus casas tampoco pasan los reyes y la verdad, para nada son malas personas, sino todo lo contrario. Todos buscan hacerse un hueco en un pueblo intentando no molestar a los demás y sin que el sheriff nos joda. Todos nos levantamos temprano para agarrar nuestro puñadito de euros  y vamos improvisando a ver qué cojones pasa, mientras poco a poco vamos descubriendo cosas de este poblado que cada vez nos gusta menos y nos cabrean más y más cada día. Aún así, aceptamos las reglas del juego, aunque ya no creamos en ellas y seguimos improvisando.
Entonces, ¿qué pasa? ¿Por qué estos marranos se olvidan de nosotros?
Yo la verdad que no pido mucho. Al despertar el día 6 me podía encontrar un mapa con una cruz marcando el tesoro, pero, con que me dejen una pista de por dónde anda ese hueco,  me vale. También pido que se acuerden de todos esa gente que conozco y a la que hace bastante que no visitan. Pido para ellos lo mismo que pido yo porque les gustará y ellos lo merecen. También pido encontrar todo lo que perdí de una forma u otra y que no logre encontrar ni recuperar. Lo mismo pido que dejen en casa de todos estos amigos. Esto último quizá sea pasarse, pero por si cuela, ¡y qué coño! ¡Nos lo merecemos!
Veremos qué pasa el día 6. Por si acaso intentaré ser un poquito más bueno a ver si al año que viene se acuerdan de mí. No me fiaré de estos tres personajes, y seguiré cabalgando, con las pistolas cargadas y el sombrero  puesto para evitar que nos queme el sol del desierto, tal vez un día, encuentre ese lugar que busco. Tal vez, un día lo encontraremos todos.

viernes, 10 de diciembre de 2010

My wild love...

My wild love went riding,
She rode all the day,
She wrote to the Devil,
And asked him to pay.
The Devil was wiser,
It's time to repent.
He asked her to give back
The money she spent.

My wild love went riding,
She rode to the sea,
She gathered together
Some shells for her hair.
She rode and she rode on,
She rode for a while,
Then stopped for an evening
And laid her head down.

She rode on to Christmas,
She rode to the farm,
She rode to Japan,
And re-entered a town.
By this time the weather
Had changed one degree,
She asked for the people
To let her go free.

My wild love is crazy,
She screams like a bird,
She moans like a cat
When she wants to be heard. (Yeah!)
My wild love went riding,
She rode for an hour,
She rode and she rested
And then she rode on.
Right! C'mon!

My wild love
The Doors
Waiting for Sun